La vida cotidiana nos expone a situaciones de riesgo que pueden afectar fuertemente las finanzas personales. Un día cualquiera, una enfermedad puede destruir todo por cuanto hemos trabajado.
Situaciones como la invalidez o el fallecimiento pueden destruir el patrimonio que hemos forjado para nuestra familia; por esta razón es importante contar con un seguro de vida que proteja a nuestros seres queridos cuando nosotros ya no podamos hacerlo.
La oferta de pólizas en el mercado es muy grande, por lo que se recomienda seguir algunos pasos antes de elegir una herramienta que se ajuste a nuestras necesidades.
1. Familiarízate con el vocabulario. Es importante conocer algunos términos que te ayuden a tomar una buena decisión.
- Cobertura: es el riesgo específico por el cual el seguro te protegerá.
- Póliza: es el documento que contiene las normas generales de tu seguro.
- Suma asegurada: refiere al monto máximo que te pagará la compañía si ocurre el siniestro amparado.
- Prima: hace alusión al costo del seguro.
2. ¿Qué quieres asegurar? Existen seguros de desempleo, gastos médicos, autos, inmuebles o personales. Prioriza tus necesidades y sé prospectivo, analiza qué cosas o quiénes son vulnerables.
3. Dependientes económicos. Considera si tienes hijos pequeños o si están estudiando, eres soltero o jubilado; cuantos ingresos además del tuyo comprometerá.
4. ¿Qué cobertura tiene? Comúnmente las coberturas son por muerte, daños a terceros o invalidez; sin embargo, puedes optar por enfermedades terminales o graves o bien, gastos funerarios. Se sugiere que la cobertura vaya de cinco a ocho veces el ingreso actual.
5. Define tu presupuesto. Piensa cuanto ganas y cuánto podrías destinar para el pago del seguro.
6. Revisa opciones. La aseguradora puede ser un banco o tal vez una empresa especializada, considera la trayectoria, presencia en la ciudad y país, precios y cuales su fuerte en el sector. La aseguradora debe contar con oficinas físicas y sitios web de atención permanente, además de medios alternativos de comunicación.
7. Busca asesoría. Existen agentes de seguros y corredores de seguros. Los primeros son personas que te orienta sobre los seguros existentes y te hace un plan a la medida. En tanto, el corredor son intermediarios de varias compañías, que se dedican a comercializar contratos y pólizas de seguro a sus clientes.
8. Compara. Muchas veces la decisión por un seguro únicamente se ve motivada por el precio, sin embargo, lo ideal es hacer una evaluación de las ventajas y desventajas de cada opción.
9. Organiza tus ingresos. Busca planes de pago que no comprometa otros gastos necesarios en tu familia.
10. Beneficiarios. Aclara el nombre y porcentaje que se les otorgará, recuerda que no pueden ser menores de edad. Evita intermediarios, si designas a alguien más para entregar la suma asegurada esta acción solo es una obligación moral.